El proyecto de interiorismo de Wudu Hotpot parte de la inspiración de su propio nombre —la capital de la niebla—, transformando el espacio en una atmósfera etérea que fusiona tradición y modernidad.

El rojo, color icónico de la cultura china, se despliega como hilo conductor del diseño y se combina con elementos contemporáneos que refuerzan la identidad cultural del lugar. Vidrios semitransparentes con degradados y un techo textil de ondas generan un efecto brumoso y envolvente, evocando la neblina que da sentido al proyecto.

La experiencia comienza desde la entrada, donde el visitante se adentra en un ambiente singular que celebra la estética china a través de la luz, la materia y el color. El resultado es un espacio inmersivo que trasciende lo gastronómico: un entorno simbólico y evocador que acompaña al ritual del hotpot y convierte cada comida en un viaje sensorial.